La mejor e indiscutible prueba de que un diseño es bueno es su estética intemporal, cuando no eres capaz de situar la época de creación. El otro argumento, más evidente, es observar que la estantería String sigue presente en muchos espacios públicos y privados o en tiendas con criterio selectivo de toda Europa.
En 1949, el arquitecto sueco Nils Strinning creó un sistema de estanterías tan sencillo como efectivo. A partir de unos paneles de metal y unos estantes de madera se consiguen hacer infinitas composiciones y ubicar cada repisa en las múltiples posiciones que permite la String.
La sencillez de la concepción, los complementos (mesa de estudio, contenedores, revistero…) y las distintas opciones de colores y materiales permiten adaptar la String a cualquier espacio de un hogar o en oficinas, tiendas u otros espacios públicos.
Es ahora cuando la String quizás aporta más aplicaciones. Los hogares actuales de dimensiones no muy generosas piden soluciones flexibles que se adapten a un pequeño espacio en el baño, el estudio o la cocina. Pero también en la pared principal del salón, donde puedo colocar la tv, tener una zona de trabajo para el portátil, ubicar los libros o almacenar la vajilla.
El mejor ejemplo son las imágenes que los usuarios envían a la web de String, son las viviendas y sus habitantes quienes demuestran la verdadera funcionalidad de un mueble.
Fácil de transportar y de montar, la estantería String es la mejor muestra de que el buen diseño es aquel sencillo, bello y funcional, sobre todo muy funcional.
Más de 60 años y sigues siendo joven, querida String.